El cielo más hermoso que vi en mi vida, las estrellas se miran hermosas, brillantes allá a lo lejos, mientras yo, de rodillas, sintiendo el desamparo más profundo, orando a Dios que le dé algún sentido a esto para poder renunciar a todo, convencerme que todo tiene un sentido, que todo pasa por algo. Solamente una señal basta y te juro que me convierto.

Todo comenzó la noche anterior, mi primer mes trabajando oficialmente como doctor, serumista en Salinas Moche, un pueblo en el margen de la laguna de Salinas. Terminaba mi guardia, eran ya las ocho de la noche cuando llegó el

Solamente silencio …