Espero llegar a tiempo, la invitación del entierro de Belinda me llegó más tarde de lo que me gustaría. Lo importante es que me llegó y que ya estoy en camino. Me llena de tristeza que se haya muerto Belinda, han pasado ya cinco años, pero la prisa de mi nueva vida al irme del pueblo hace que mi memoria recuerde a la pequeña Belinda como un evento reciente. Al fin y al cabo es la persona más cercana que tengo, o que tenía.
La vida en la ciudad es más difícil de lo que esperaba. Eso de ganar dinero es complicado para un joven de 12 años, la vida era más sencilla con Belinda. Juntar dinero para el bus que me lleva a las montañas me ha costado un par de almuerzos. Esta vez estoy yendo solo, dejé a mi madre en el parque en el lugar de siempre. Nunca ha salido de ahí y yo no tengo la fuerza suficiente para poder moverla. Pero está ahí tranquila y me dio permiso, espero traerle algo de la gran mansión, seguro Belinda me recibirá con los brazos abiertos.
Qué tonto soy, es su entierro, Belinda está muerta, no hay manera de que me reciba. Supongo que será en la mansión, en la invitación no dice el lugar. Pero dónde más iría Belinda, la conozco bien, mejor que nadie. Si nunca ha salido de su habitación, seguro la entierran ahí en el mismo suelo de su cuarto. Quizá solamente está bajo su gran cuna ahí durmiendo para siempre.
Espero poder llegar, en la carta no dice ni fecha ni hora, solamente dice: “Quedas cordialmente invitado a mi entierro, con cariño, Belinda”. Espero no llegar tarde, aunque en realidad, espero no llegar muy temprano. Imagínense llegar y que aún no se haya muerto, eso le pasó a un amigo, o eso me dijo. Pero quizá sea mejor, cosa que así te despides y ya.
Para Belinda eso sería increíble, ahora quiero llegar temprano. Nunca la he visto hablar con nadie, siempre sola, siempre en su cuna. Con esa carita chiquita, siempre igual. Yo pensé que los bebés eran todos así como ella, menuda sorpresa me llevé cuando en la ciudad me dijeron que los bebés no hablaban. Le conté a mis amigos de Belinda, pero no me creyeron. Recién me di cuenta en la ciudad que Belinda era una bebé mágica.
Sí, Belinda no lloraba ni necesitaba de alguna mamá que la alimente. Ella hablaba y era muy educada. Era cariñosa, tierna y atenta. Era mágica. A pesar de que era bebé podía vivir por sí sola, aunqur tampoco tanto parece, porque al fin y al cabo ha muerto. Pero podía hacer lo que se necesita para seguir viviendo. Hacía aparecer comida, agua, limpiaba la gran casa y regaba las plantas. Yo no hacía nada, todo lo hacía ella y sin levantarse nunca de la cuna.
• Belinda es presentada como una niña que tenía poderes mágicos de algún tipo no especificado • El personaje principal es un niño/adolescente mentalmente inestable que debe acudir al entierro • En el camino va recordando historias de Belinda que van asomando la oscura realidad de ella y la inestabilidad mental de él • Supuestamente va a encontrarse con su madre en la mansión de Belinda, pero poco a poco se va revelando que su madre no existe • Al llegar a la mansión encuentra a Belinda aún viva, en su cama, cubierta por la manta que se hace pasar por niña quien está muriendo de vejez. El niño la abraza como a su amiga y termina
Subplot oscuro (no es necesario que los lectores sepan): • Belinda es una señora que vivía debajo de una manta (mágica o no) que se hacía pasar por una niña para acercarse a niños por alguún motivo desconocido y se hacía amigo de ellos. Esto mantiene mucha tensión en el espectador, no tanto por lo que hizo, sino por la revelación de lo que eso causa