Escribí esto el 14 de mayo de 2020.
A veces me da vértigo como pasa la vida y me da miedo lo rápido que cambio con el tiempo. Siento que caigo hacia el futuro en contra de mi voluntad y sin poder hacer nada al respecto.
A veces intento aferrarme a algo que se asocia a algún sentimiento que me recuerde al pasado, a ese pasado donde no tenía la sensación de no poder parar de ir hacia adelante, donde no sentía que caía, donde sentía que podía vivir eternamente los momentos una y otra vez con aquellas personas que sentía que no cambiaban, del mismo modo que sentía que no cambiaba yo. Ahora, a veces, siento que voy buscando algo que me haga sentir que nada cambia, algo que caiga junto conmigo y que me dé esa sensación de estabilidad, a pesar del cambio; pero, al final, no encuentro nada así, todos caen a su propio ritmo y la situación cambiante de todo me abruma y me muestra de una forma muy cruda lo irreal que es buscar la eternidad en algo inestable. Personas que can más rápido me dejarán, mientras que yo dejaré a personas que caen más lento, aunque no queramos hacerlo.
Al final, quizá sea yo el único que caiga a mi ritmo. ¿Pero cómo puedo encontrar estabilidad conmigo mismo si es que yo también me asombro de lo rápido que cambio con el tiempo hasta el punto de no llegar a reconocerme? Al final, el pesar que quizá no me tenga ni a mí mismo me hace sentir profundamente solo.
¿Pero hay algún problema en estar solo? Quizá la soledad sea la respuesta y no el problema. Apreciar y amar la soledad, hermana de la libertad, hasta el punto de no necesitar de nada más. Quizá sea esa la manera de ver sin tristeza ni melancolía como las personas, y uno mismo, se acercan y se alejan en nuestra imparable caída hacia el futuro.