Skip to content
Home » Pensamientos » “Quien mucho abarca poco aprieta”

“Quien mucho abarca poco aprieta”

NOTA: algunas ideas son usadas en otros posts, un post importante que toma algunas ideas de este y las desarrolla mucho más es el siguiente: ¿Qué quiero hacer con mi vida?.

O uno similar en inglés: “Jack of all trades, master of none”. Realmente detesto estos refranes. Es frecuente para muchos, incluyéndome, encontrarse en una situación en la que tenemos muchas posibles cosas que hacer y tenemos que tomar la decisión si hacerlas todas o hacer algunas. En estos casos, decidir hacer alguna es renunciar a hacer otra. Aunque es posible hacer “bien” varias cosas, se podría decir también que se podrían hacer mejor si es que nos centráramos más en una o menos actividades.

Aquí se encuentra un video complementario en el que abordo este mismo tema: https://youtu.be/CONy3kq6S50

Historia personal

No soy adulto mucho tiempo y creo que esos pensamientos son naturales y frecuentes en muchas personas de mi edad. Cuando era niño solía hacer muchas cosas (deportes, actividades artísticas, idiomas, etc.) e incluso me sentía orgulloso de eso. Sin embargo, después de un tiempo ya no me sentía tan orgulloso y comencé a considerar la posibilidad de que podría ser problemático hasta cierto punto.

Cuando entré a la universidad y durante mis primeros años tenía dos actividades principales en las cuales pasaba la mayor parte de mi tiempo: nadar (entrenar y competir) y estudiar medicina. Disfrutaba de ambas aunque, por cuestiones de perspectiva, a veces sentía que hacía bien ambas actividades y a veces sentía que hacía mal ambas actividades. Lamentablemente, o afortunadamente, terminó predominando mi percepción de que no hacía ninguna de las dos bien y que, si quería realmente hacer algo bien, debía dedicar mi tiempo a una actividad central.

Fue así que, producto de múltiples factores, tomé la decisión de dejar de entrenar natación y dedicarme a estudiar. Diría que en un inicio las cosas comenzaron a ir mejor para mí, sentía que realmente había encontrado una función, pero pronto comenzaron a surgir algunos inconvenientes. Poco a poco comencé a realizar otras cosas, reemplazando el tiempo que antes invertía en nadar, entonces comencé a hacer muchas otras cosas, solo que diferentes. Esto estaría todo bien y normal, pero de alguna manera pensaba y me cuestionaba nuevamente por qué dejé de nadar en primer lugar, y parte de la respuesta era justamente para dar más tiempo a mis estudios y, en gran medida, no estaba haciendo eso.

Muchas veces he regresado al punto de inicio, a preguntarme lo mismo: qué quiero hacer con mi vida, porque en esencia eso es lo que me gustaría poderme contestar, quizá todo se trata simplemente de una búsqueda de cierta identidad, cierta función, cierto rol. Lo bueno es que en el proceso he podido aprender algunas cosas y en este post quiero compartir algunas.

Proceso de pensamiento

Primero, he de decir que no me arrepiento de haber dedicado tanto tiempo a entrenar natación, a pesar de que ahora aparentemente no me sirva de nada y que muchas veces pienso que hubiera sido mejor dejar de entrenar desde el primer año de universidad. Creo que tener varias cosas por hacer te fuerza a mejorar la eficiencia con el tiempo que tienes y te fuerza a sentir que es importante hacer el honor al sacrificio de aquellas cosas que dejaste de hacer por dar lugar a cosas nuevas, realmente creo que haber practicado natación tanto tiempo es uno de los motivos claves por los cuales intento hacer más cosas que solamente estudiar (como tener escribir blogs, por ejemplo).

Habiendo mencionado esto, y de forma personal, creo que es importante poder tener un rol que hagamos bien y creo que esto nos otorga cierto valor individual, un lugar, una función en nuestro pequeño mundo. El psicólogo Jordan Peterson aborda justamente este tema, de tener un rol y aceptar el sacrificio que conlleva (link del video), mencionando el proceso que tienen los niños, con potencial de ser muchas cosas, para convertirse en adultos, sacrificando ese potencial para llevar a cabo en realidad una o pocas cosas.

Para mí, la parte más difícil es esa, renunciar a cosas, renunciar a ideas, a proyectos. Por ejemplo, una cita (parafraseada) del libro “Designing Clinical Research” de Stephen B. Hulley es la siguiente:

“Los buenos científicos se distinguen no tanto por tener las mejores ideas, sino por su destreza para desechar aquellas que no funcionan y pasar a otras mejores”.

Designing Clinical Research – Stephen B. Hulley

En mi caso personal pude reconocer tres motivos importantes por los que me cuesta dejar/sacrificar cosas:

  1. Es difícil dejar ir algo que me identifica: para mí, ser deportista es algo que me ha identificado por mucho tiempo, y aceptar que esta característica ya no es parte de mí es algo difícil.
  2. Me cuesta dejar de hacer algo en lo que he invertido ya mucho tiempo y esfuerzo: puede sentirse como si ese tiempo y esfuerzo haya sido en vano, desperdiciado.
  3. Muchas veces me demoro en pedir ayuda: muchas veces hay personas que hacen las cosas mejor que uno y hay que tener la humildad de aceptarlo y poder pedir ayuda. A veces caigo en la trampa de “superarme a mí mismo” y termino tomando el camino largo que podría haber evitado mediante colaboración.

Acciones a tomar

Algoritmo para renunciar

Ahora, asimilando mis dificultades, el siguiente paso sería reconocer qué es lo que quiero sacrificar, y aún no me respondo adecuadamente. Pienso que podría realizar un análisis para decidir qué cosas vale la pena dejar de hacer, a qué cosas renunciar. Para esto se podría usar un algoritmo presentado en el libro “Happy Sexy Millionaire: Unexpected Truths about Fulfillment, Love, and Success”. Este algoritmo va algo así:

Otra cosa que se puede agregar a esto es indicar los motivos por los cuales he renunciado a algo, ya que en el futuro es casi seguro que lo olvide y nuevamente me den ganas de volver a hacer algunas cosas, entonces será importante poder saber si es que voy a tropezar con la misma piedra o si realmente he cambiado mi forma de pensar o mi situación y realmente vale la pena realizar aquello. Relacionado a esto me llamó la atención un consejo mencionado por Greg Wilson, quien menciona que crear una lista de cosas que no hacer es una gran estrategia de productividad. Utilizando sus palabras: “Porque la vida es muy corta y hay demasiadas cosas por hacer”.

Lista negra

Esta es una lista negra de ideas y de proyectos, de cosas que no haría por diferentes motivos. Esta lista, con solo dos elementos, es solamente un ejemplo de algunas cosas que realmente me gustaría tener escritas en algún lado. Es posible que dedique alguna sección en la página web para tener una lista más completa, además, hay otras ideas relacionadas como tener una lista de “Cosas que haría si…”.

Idea / actividadMotivo por el que está en la lista negra
Volver a practicar un deporte con mentalidad competitivaRequiere gran tiempo y esfuerzo y esto nunca acaba, cuando te va mejor dedicas más tiempo y esfuerzo y si te va peor, igual.
Perfeccionar mis habilidades de programaciónActualmente ya tengo conocimientos sobre lenguajes como R y Python, con R puedo hacer estadística, manejo de datos y otras muchas cosas. Como estudiante de medicina es suficiente, puedo pedir ayuda para cosas más complejas.

Palabras finales

Todo lo comentado es simplemente parte de las cosas por las que estoy viviendo actualmente y es seguro que mi forma de ver las cosas cambie en el futuro. Aún sigo aprendiendo a ser adulto y espero que lo narrado pueda servirme (o por ahí quizá a alguien más) en el futuro, para poder invertir mi tiempo y esfuerzo en las cosas que quiero más, no solo en las cosas que quiero ahora. Aún me siento un poco identificado por aquel refrán del título, pero creo que he mejorado, creo que estoy haciendo menos cosas haciendo uso de mi libertad, producto de una decisión consciente.

Aquí está un video complementario en el que hablo de este mismo tema: