“Vive el momento”, “La vida es una”, “¿Y si te mueres mañana?”. Probablemente han escuchado algunas frases de este estilo. Estas frases pueden interpretarse de diferentes maneras, pero en muchos casos son interpretadas con la idea de que si queremos hacer algo en este momento lo mejor es que lo hagamos ya, porque la vida es corta y las cosas que dejamos de hacer son cosas que ya no podremos hacer en el futuro, por lo que es mejor guiarnos por lo que queremos en el momento y no tener arrepentimientos.
Considero que interiorizar esta idea y aplicarla como máxima en la vida es inadecuado en muchas situaciones si no se analizan cuidadosamente las circunstancias.
Querer ahora vs. querer más
Porque lo que sucede es que, si bien vivimos en el presente, muchas de las cosas que queremos son cosas que se consiguen en el futuro (incluso lejano), especialmente aquellas que tienen un mayor significado (ej. conseguir un título profesional, tener un gran impacto social, formar una familia).
Muchas de estas cosas se consiguen a través de esfuerzos constantes y sacrificios. Implican dejar de hacer cosas que queremos hacer de forma inmediata para conseguir algo que queremos más.
Optar todo el tiempo por realizar cosas que satisfacen simplemente nuestros deseos momentáneos es en muchos casos un impedimento para poder cumplir las cosas que deseamos más profundamente, que tienen un mayor significado. Imagina no conseguir tu título universitario por no estudiar, producto de que, al vivir el momento, optes todo el tiempo por ir a fiestas, jugar videojuegos y hacer todas aquellas cosas que (aunque momentáneamente) te hacen muy feliz.
Una interpretación más razonable
Sí, vivimos en el presente. Sí, la vida es solo una. Sí, hay que vivir el momento. Pero todo esto puede ser conseguido mientras buscamos aquello que queremos más.
Yo quiero terminar la universidad, llegar a ser un profesional. Sé que conseguirlo implica estudiar, dar parte de mi tiempo, entre otras cosas. Mi deseo profundo de lograrlo hace que cosas del día a día adquieran un significado más profundo, hace que vivir el momento tenga sentido.
Yo disfruto estudiar, y el motivo por el cual disfruto hacerlo es porque sé que es el medio por el cual puedo conseguir profundos deseos personales (ej. tener un mayor impacto social). Mi objetivo me permite vivir un presente con cierto significado (o la ilusión de significado).
Idea que, de alguna manera, se plasma en este tweet:
¿Es todo un sacrificio?
Entonces, ¿hay algún sentido en salir a fiestas, salir a jugar pichangas, hacer cosas que me dan una satisfacción momentánea pero que no contribuyen a conseguir algún objetivo “profundo”? ¿Es todo esto una pérdida de tiempo que debería ser eliminado de la vida de uno?
Yo creo que podemos hacer estas cosas, porque queremos, porque somos libres de hacerlo, porque decidimos utilizar nuestra libertad para hacer estas cosas. Pero no lo hacemos “a ciegas”, sin ver más allá que el momento, lo hacemos siendo conscientes de las consecuencias que estas actividades tienen y pensando en las cosas buenas y malas que nos brindan.
Salir a jugar una pichanga es una forma de hacer ejercicio, de sociabilizar. Incluso, podría ser el medio para conseguir algún objetivo que tengamos (ej. ser el goleador del próximo campeonato de fútbol). Quién sabe, tal vez jugar pichangas lo ayuda a uno a estudiar mejor. Y también tiene cosas malas, como todo, como estudiar o realizar otras cosas que son consideradas como “buenas” de forma absoluta.
Mi postura es que todo se basa en la libertad. Tener mayor libertad es mejor y por este motivo argumento que pensar en hacer las cosas guiados por “vivir el momento” (en su interpretación habitual expuesta anteriormente) puede ser perjudicial, porque puede ser un impedimento para nuestra libertad.
Libertad
Es curioso que “vivir el momento” es usado en habitualmente como expresión de libertad, de vivir libremente, liberarse de las cadenas que te impiden hacer cosas, deshacerte de las cosas que te podrían hacerte sentir culpable. Es curioso para mí porque esta forma de pensar podría tener el efecto opuesto, pienso que esta forma de pensar podría hacernos menos libres.
Me explico. Pensar simplemente en el momento y nada más, sin pensar en lo que sucederá después, nos restringe poder tomar decisiones más libres. Nos lleva en muchos casos a actuar por impulsos y no por las cosas que realmente queremos más.
Tener libertad se trata de poder decidir emprender los caminos que queremos. Por ejemplo, si alguien quiere ser futbolista, terminar su carrera, tener una familia, emprender un negocio es libre de hacerlo, en teoría. Pero en la práctica probablemente sea necesario sacrificar muchas cosas para poder ejercer esa libertad deseada, sacrificar muchas cosas que esa persona podría querer en algún momento (ej. no entrenar ni estudiar y salir todos los fines de semana de fiesta, engañar a su esposa con alguna otra mujer mucho más atractiva físicamente, gastar su dinero en comprar cosas innecesarias en lugar de reinvertirlo).
Por otro lado, una persona que simplemente se guía por sus deseos inmediatos tiene realmente una menor libertad, aunque en el momento parezca que es lo opuesto. Las cosas que se pueden hacer de forma inmediata o a muy corto plazo, lo que se suele considerar como “el momento” o “el presente” tienen un límite. Puedo enumerar algunas: tomar agua, ir al baño, comer, besar a alguien, tener sexo, jugar videojuegos, masturbarse. Pero, si no se tiene nada más, entonces qué libertad le queda a uno realmente.
Restricciones
No sé por qué, pero existe esa idea de que negarte hacer cosas significa tener una menor libertad cuando no es así (ej. sacerdotes y el voto de castidad, personas que deciden no tomar alcohol, vegetarianos). Se suele decir que es mejor “dejarse llevar”, “fluir”, en lugar de tomar decisiones activas conscientes, de poder decir que no a aquellas cosas que, aunque se sientan naturales, no van de acuerdo, o incluso en contra, a los objetivos de uno.
Por lo mencionado anteriormente, privarte de cosas y hacer sacrificios es parte de ejercer plenamente la libertad de uno. Por eso se me hace raro que se use la palabra “reprimido” como insulto a veces. Cuando en muchas situaciones reprimirse es algo bueno, indica autocontrol, indica tener cierta capacidad de poder imponer deseos y pensamientos que tienen más valor para uno por encima de deseos inmediatos de menor valor. Las cosas más asombrosas que logran hacer las personas requieren usualmente de mucho autocontrol.
Futuro optimista
Como último punto, creo que parte de no vivir el momento es en parte tener una actitud optimista, es confiar en que el futuro depara algo valioso.
Qué bien suena la frase “¿Y si te mueres mañana?”, encima hay un temazo con esta frase. Es una frase liberadora, aparentemente. ¿Pero no creen también que es un poco oscura, un tanto pesimista? ¿No es una forma un tanto triste de pensar? ¿No creen que se parece un poco al pesimismo que tienen algunos con que el mundo se va a acabar, pero aplicado a la vida de uno (como lo abordo aquí)?.
¿Acaso no te da mayor libertad poder planear cosas, proyectarte, poder crear caminos de vida que se expanden hacia el futuro, que van más allá del día de hoy?
Termino este post con esta frase:
“If I seriously tried to live today as my last, it would make tomorrow awful”.
— Jesse S. Summers